Gran descubrimiento : mudos en el autobús y ya podemos sentarlos juntos

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En el ámbito de las constantes idas y vueltas que dan las normativas sanitarias de aplicación y cumplimiento en estos tiempos de la Covid,  aparecen con inusitada frecuencia contrasentidos evidentes, una especie de casi constante  donde dije digo, digo diego... que hay que llevar y soportar con mucha paciencia, sin desesperarse y... rezando, rezando mucho que es lo que nos queda, ante tanto palante-patrás que nos ha tocado en suerte.

Ahora, desde este martes en Galicia, en los transportes públicos, autobuses, barcos de pasajeros, que lleven asientos... estos podrán ocuparse todos. Como lo leen (ver : AQUÍ). Ocupados todos. Nada de dejar de cada tres uno libre para distanciarse algo el personal. Llegan a la conclusión de que ir codo a codo con el de al lado, no es problema, siempre que lleves mascarilla puesta -claro está- y además, no solo no comas bocadillos ni chucherías, sino que tampoco hables. El problema está, al parecer, en que la gente habla... Si se les obliga a no hablar (lo de comer ya cae de cajón que no deberían hacerlo en un autobús, en tiempos de Covid y en tiempos de no Covid) ya podemos sentarles todos juntos (han pensado estas lumbreras),  y  ocupar así todos los asientos del bus, o del barco de Cangas, ha pensado la autoridad sanitaria. Ya con respecto a los que van de pie, ahí -al menos- aún se salva algo la cosa de no estar pegados unos a otros (vuelvo a decir que mejor es que lo leas AQUÍ).

Y así vamos yendo. Un día un cohete, al siguiente un petardo, al otro un estralo de aquellos tipo martinicas que disparaban las pistolas de calamina de cuando eramos niños... Así vamos. ¿Te acuerdas de cuando la mascarilla -decían- no servía para nada?. Buenos sermones nos dió el Gran Simón entonces... ahora anda un poco bajo de forma. 

Leo también, ahora, en "El Correo Gallego", otra que es buena pieza... Dice : "medidas anticovid; los empleados de un mismo grupo "burbuja" pueden compartir mesa en la cafetería del trabajo... La Consellería de Sanidade permite, a partir de este mismo lunes, que los empleados que se consideren un grupo “burbuja” de convivencia estable dentro del entorno laboral compartan mesa en la cafetería o el establecimiento de restauración de los lugares de trabajo, también en hospitales y centros sanitarios...".  Eso sí, tienes que pertenecer a un mismo grupo "burbuja". Si eres "trinaranjus sin burbujas", entonces  te jodes y no compartes mesa en la cafetería del trabajo.

El nuevo conselleiro de Sanidade -que no deja de ser un político- lo tiene fácil : manda poner en el DOG (vulgarmente "doga") que si tal, que su cual ... y asunto resuelto. Y el de la empresa de autobuses, o de los barcos de Mar de Ons, aún tiene a sueldo un gestor espabilado para andar controlando todas las mañanas lo que dice el "doga" dichoso. Pero Crescencio Ribadumia, de 66 años, jubileta, no creo yo que esté para levantarse e ir a ver en un ordenador el "doga" cada mañana, ahora que ya no puede ir al bar de la esquina a leer gratis media hora -por el precio de un café- el "Atlántico Diario". De manera que, muy bien, ¡viva el "doga"! con el que vamos arreglándolo todo.