Frankie Chávez no es precisamente un cualquiera a la guitarra. Y sin embargo, cualquier guitarra le vale a este apasionado músico, capaz de sacar las más arrojadas notas al instrumento de cuerda que en sus manos tenga. En el "Diego Bernardes", Frankie demostró que acepta lo mismo el reto de una guitarra portuguesa, que de una guitarra española; de una guitarra eléctrica a una sofisticada guitarra más propia del San Luis legendario... por eso no pocos estilos se dan cita, en una admirable fusión de tendencias musicales, en el gran portfolio de este lisboeta llamado Joaquim, aunque artísticamente Frankie.
El artista que se presentó en solitario en el "Diogo Bernardes", aunque rodeado de 8 guitarras diferentes, enseguida encandiló al abarrotado auditorio. No fue para menos. Frankie, allá arriba, en el gran escenario limiano, lo dio todo y más. Fue generoso en las propinas, que no fueron un quedaros contentos que ahora os canto más... Fueron una especie de final grandioso para un concierto a su vez grande, donde la voz por veces quebrada del guitarrista-cantante marcó la escena notablemente, con su peculiar estilo, su facilidad para encarnar y crear esa música tan personal que ha sabido ir modelando en sus viajes y amplias estancias en varios países del Mundo, para ahora, finalmente, retornado a los orígenes, ofrecernos cada vez más y mejor, aunque impregnado todo, eso así, de influencias notables, del tomo nota de lo bueno que Frankie Chávez ha sabido tener presente en todo momento en su gran experiencia de una vida musical rica, necesariamente rica, alimentada de una cierta bohemia y un sentido del compromiso con la Música merecedor de mejor suerte de la que hasta ahora ha tenido este buen cantante e casi inmejorable guitarrista. Un artista que, sin duda, merece la pena, este Frankie Chávez, lisboeta por más señas.
EUGÉNIO EIROA& CACILDA MACEIRA
Fotos : Vítor Ferreira / Teatro "Diogo Bernardes"
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