GROENLANDIA SE DERRITE
Las crónicas que nos llegan desde Nuuk, la capital, cuentan que la ola de calor que se instaló en España a principios de junio, después de atravesar media Europa ha llegado a esta helada isla de América del Norte, habitada solo por 55 mil personas, pero de una importancia vital para el equilibrio ecológico.
El 56% de su territorio, alrededor de un millón cien mil kilómetros cuadrados, está siendo afectado por el derretimiento de sus glaciares y los icebergs se pasean por delante de sus puertos: en un solo día, llegó a perder 11.000 millones de toneladas de hielo y en lo que va de julio ya se alcanzó la cifra de 160.000 toneladas.
Según la Organización Meteorológica de la ONU, a finales de este mes Groenlandia llegará a una pérdida de 190 gigatoneladas de hielo derretido, cifra que los científicos predecían para el año 2050.
La ola de calor ha llegado también a Grecia: los bosques de sus islas sufren desde hace diez días los peores incendios forestales de la historia. Lo mismo ocurre en Argelia con peor resultado aún, porque además de quemarse sus montes han muerto 44 personas.
Cuando una ola de calor afecta a un país lejano como Groenlandia parece que no va con nosotros, pero la realidad es que sí es nuestro problema. Cuando se derrite la mayor capa de hielo del mundo se traduce a un aumento del nivel del mar y en lluvias torrenciales en Europa.
Para que te des una idea de la importancia del deshielo en Groenlandia te doy un dato: el agua llenaría casi diez millones de piscinas olímpicas, que no sé si las habrá en todo el mundo.
Lo que está ocurriendo con el cambio climático este año debemos considerarlo como el problema prioritario que sufre la humanidad.