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"El optimismo perpetuo es
un multiplicador de fuerzas" (Colin Powell)
Se ha ido Carlos Mantilla, el "Raymond Poulidor" de la Política viguesa. El hombre que soñó con ser Alcalde de Vigo pero se quedó a las puertas. Pero Mantilla, en Política lo fue casi todo : concejal, jefe de la Oposición en el Concello vigués (1983-1991), vicepresidente de la Diputación, diputado, senador, presidente del PP en Vigo.
Se ha ido con 76 años, porque la penosa y larga enfermedad nos lo ha arrebatado antes de tiempo. Carlos habría tenido cuerda para rato, si no fuese esta desgracia del final de sus años. Y aunque la Política pasó a segundo plano en su vida últimamente, su actividad nunca fue poca : fue un brillante economista (su despacho profesional adquirió desde muy pronto un gran prestigio), un buen jurista (ponente de importantes leyes en las Cortes : la Ley Concursal, de Contratos del Estado, de Sociedades de Responsabilidad Limitada, la de Adaptación del IVA a la UE, entre otras), un buen político (de buen talante, muy respetado y cercano).
La última vez que le vi fue hace ya bastantes años, en una intervención en un proceso judicial, en la Audiencia, en Pontevedra, donde acudió como perito y en pocos minutos dio una auténtica lección sobre aquella materia. Había sido un brillante profesor -entre 1968 y 2013- en la vieja Escuela de Comercio, en la Universidad de Vigo después.
En lo profesional, en lo político, en lo institucional... la vida de Mantilla fue muy intensa; muchas veces me pregunté de donde sacaba tiempo para tanto. Pero su capacidad era evidente, nunca mal atendía todas aquellas sus obligaciones o compromisos.
Era un personaje con el que podías discutir, estrellarte incluso, pero que tenía una enorme virtud, jamás te cerraba la puerta a un nuevo diálogo, en el que no pocas veces, acababa por surgir el entendimiento.
Por razones obvias de mi profesión, le traté mucho. Y siempre advertí en el un sentimiento de cercanía, de afabilidad, de voluntad por tender puentes con sus adversarios políticos. Era tenaz, a veces con apariencia de rígido, pero en el fondo siempre noble, dispuesto a entender que la Vida está por encima de la Política y que la amistad, el trato respetuoso, el ser tolerante con otra persona con la que convives, basándose en la reciprocidad y sinceridad, es siempre posible aunque no pienses igual.
En Carlos Mantilla Rodríguez hallé también una capacidad admirable para saber encajar en Política. No siempre su partido -los jerarcas- reconocieron lo mucho que Mantilla hizo por el PP (y antes por la Alianza Popular, de Manuel Fraga). Es curioso... pero en tiempo de máximo responsable de su partido en Vigo hubo no pocos momentos en que aquella su dedicación le costó dinero (y no poco). La militancia de Mantilla -como también sucedió con Alberto Durán (q.e.p.d.)- tenía mucho de romanticismo. Quizás porque ellos fueron pilares -y así se sentían- en los que "los populares" se apoyaron para hacer en Galicia aquella transición-evolución desde la Alianza Popular (de Fraga) al PP que vendría después.
En todo momento, Mantilla tuvo una admirable capacidad de encaje ante injustos y desagradables desaires de los superiores de su formación política, pero también ante la imposibilidad democrática de dirigir Vigo al frente de un gobierno municipal. El quedarse a las puertas de... lo llevó siempre con una resignación admirable convertida al día siguiente en una tenacidad encomiable por un volver a empezar con fuerza, ánimo redoblado y entusiasmo siempre a la vista.
Sus últimos tiempos han sido de un reencuentro pleno con su profesión de la Economía, con sus importantes estudios sobre Derecho económico. En 2019 fue elegido como decano y presidente del Colegio de Economistas de Pontevedra y vicepresidente del Consello Galego de Economistas, además de vocal del Consejo General de Economistas de España. Era incluso Doctor en Economía Aplicada.
Nunca ocultó sus orígenes, en Sober (Lugo), de donde muy pequeño vendría con su familia a Vigo, como tantos que en su día vinieron desde el interior de Galicia. Su vida fue la de un esfuerzo continuado por progresar, por formarse... Con 18 años comenzó a trabajar como supervisor-contable en Factoría Vulcano donde con el tiempo acabaría siendo el Director económico. Luego en otras empresas muy importantes de Vigo, en una de ellas Director General. Cerró en 1983 esa notable etapa y montó su despacho en la calle García Barbón; por allí pasarían a consulta en estos años las más importantes empresas de la urbe en los momentos difíciles. Mantilla era un profesional altamente valorado (y con toda justicia en ello).Votando -y haciendo de interventor por su partido- en las últimas elecciones autonómicas |
En su despacho |
Acto del Colegio de Economistas |
En visita al Parlamento de Galicia |
Firmando un convenio en nombre del Colegio de Economistas |