Es así cómo ni corto ni perezoso, Varandas decidió gastar nada menos que 10 millones de euros para despojar al Braga de su entrenador revelación, que en apenas dos meses y medio había dado la vuelta y para bien, a la marcha de línea quebrada que el cuadro arsenalista llevaba consigo.
Hace 15 días que Varandas andaba agitando las aguas del Braga. Primero le pasó unos billetes por la nariz a su ya ahora nuevo entrenador, Rubén Amorim. Este, como buen mercenario que evidenció ser, se lanzó en plancha : cuente conmigo, debió decirle a su futuro nuevo presidente. Y este, el tal Varandas, comenzó a tratar de llevarse por un bocadillo al entrenador -a lo que el Braga preguntó si con semejantes propuestas pensaban llegar a algún lado-; luego comenzó el Sporting a hablar de dinero y jugadores.... y al final se dio cuenta de que el Braga tenía otra dignidad bien diferente a la que los verdolangas de Alvalade pensaban... de manera que no le quedó más narices que sacar 10 millones del saco lleno de remiendos en donde anda el escaso dinero del Sporting y pagar, contante y sonante, por dejar al Braga sin su técnico, afrontando los 10 millones de la cláusula de rescisión.
Ahora, el Braga tendrá que empezar de cero, con un hombre de la casa, Custodio, al que se le presumen buenos principios y no pocos escrúpulos; vamos, que no se le considera un Amorim cualquiera, como acaba de resultar quien ha dejado tirado al club que hace poco más de dos meses le dio la oportunidad de su vida... Ni siquiera esperó a junio Amorim para plantear el dar un salto... ni siquiera eso.
El Braga comenzará de nuevo; pero tiene en su plantel técnico a la mitad de los que formaban el grupo afecto a Amorim (más inteligentes que este, no se arriesgaron a la aventura lisboeta); tiene 10 millones que podrá invertir en fichajes para la próxima campaña; y tiene cuatro puntos de ventaja y el golaverage sobre el Sporting, en la lucha por el tercer puesto de la Liga. Y un calendario que en teoría es mejor.
Dentro de 10 jornadas sabremos si al Braga, esta jugada que se ha visto obligado a protagonizar, le ha salido de maravilla. Si así fuere, probablemente es lo que el Sporting de Lisboa se merece, fracasar en una maniobra que no deja en muy buen lugar los principios que deberían de regir una competición deportiva, pero que -a lo que se observa- se juega también en los despachos y con el auxilio de los bancos financiadores que tanto cariño suelen mostrar por el Sporting de Lisboa...
LUIS ARTIME
Varandas. Se presentó con el lema de "unir el Sporting" y la realidad es que tiene al club francamente desunido... |