Tal vez pensando el tipo de indivíduo futbolístico que metía a bordo como entrenador, el presidente del Sporting de Braga se curó en salud, cuando la contratación en diciembre del técnico que ni siquiera tenía la habilitación como "entrenador principal", actuando con otro -de IV nivel- como tapadera, tanto en las competiciones nacionales como en la reciente eliminatoria de la UEFA Europa League. Fue así como António Salvador impuso en diciembre a Amorim, en el contrato con el Braga, una cláusula de rescisión de 10 millones de euros, para el caso de no cumplir el contrato que con el cuadro arsenalista firmaría. Y bien que le ha venido ahora esa cláusula...
Y son esos 10 millones para el Braga lo que hace que aún la operación Amorim no esté definitivamente cerrada (aunque sea ya solo cosa de horas, aseguran fuentes cercanas a los clubes).
El Sporting, que está endeudado hasta las cejas, trató de abaratar el pase del entrenador que desea, colocando en poder del Braga, parte del pase/propiedad de los derechos de hasta 3 jugadores (Palhinha, Ivanildo y Gelson). Pero el Braga ha exigido los 10 millones, una vez que el Sporting no aceptó la fórmula de 7 millones por el entrenador mas el 100% de los derechos del mediocampista Palhinha, actualmente cedido en el Braga por el Sporting de Lisboa. El Sporting de Lisboa aceptaba dar al Braga solamente un 30% de la propiedad de Palhinha, por lo que el Sporting de Braga se cerró en banda y dijo que no hablaría de otra cosa que de la cláusula de rescisión del técnico al completo.
La forma de pagar los 10 millones por parte de la desangrada economía del llamado club de Alvalade sería lo que frenó este mediodía el cierre definitivo de la operación Amorim, para la que el Sporting de Lisboa y el mercenario entrenador estaban ya de acuerdo desde bastantes horas atrás.
Custodio, ex jugador del Braga, muy apreciado por su compromiso con la entidad, suena como uno de los probables sucesores de Ruben Amorim |