La cárcel, la máquina, Internet y las compras on-line
A LA CÁRCEL PORQUE SE CONFUNDIÓ LA MÁQUINA
No quiere que nadie le reconozca, pero está indignado con la Guardia Civil y con las autoridades judiciales. Es un cocinero dominicano afincado en A Coruña desde hace cuatro años al que, de regreso de sus vacaciones, detuvieron en el Aeropuerto del Alvedro porque los agentes confundieron una crema para los dolores musculares con droga. Lo detuvieron y lo mandaron cuatro días a la cárcel de Teixeiro. Perdió el trabajo.
El narcotest dijo que el ungüento “era una sustancia indeterminada que podría ser un compuesto de cocaína”. Al hombre ni le escucharon, solo se limitaron a hacerle caso a la maquinita. Tardaron cuatro días en comprobar la prueba en el laboratorio. Los que pasó un inocente “llorando a lágrima viva entre los muros de la prisión”.
Está furioso y puso el asunto en manos de un abogado porque quiere que el Estado le resarza económicamente “porque nadie se dignó a pedirle perdón”.
La pregunta es…
—- ¿A cuántos inocentes ha mandado a prisión la maquinita esa?
HAY QUE REIVENTAR INTERNET
Cuentan las estadísticas que, desde el pasado mes de septiembre, mil comercios gallegos cerraron sus puertas. La mayoría de ellos en los barrios y en la periferia de las ciudades, pero tampoco se salvaron los del centro. Está siendo un otoño negro para los pequeños emprendedores y para los autónomos que ven como languidece su actividad.
El gran rival tiene nombre y apellido: compras on line. Por mucho que el pequeño comercio gallego quiera competir en el gran mercado de Internet le resulta imposible. Entre otras razones, porque nunca podrán vender a través de una web propia si resulta que las grandes empresas que les suministran sus productos abordaron este sistema hace ya varios años…
Si el fabricante vende directamente su propia mercancía utilizando las nuevas tecnologías a gran escala –tiene capital para ello- está negando la existencia del comercio en sí. Es decir, está matando el autoempleo que solucionó la mayor crisis que hemos sufrido y destruyendo miles de puestos de trabajo.
El comercio electrónico en Galicia –según datos del INE y en lo que va de año- ya alcanzó cotas de ventas que se aproximan a los 9.000 millones de euros, lo que supone un 32% más que el año pasado.
Los algoritmos están acabando con nuestra sociedad, social y económicamente. Internet nos ha traído innumerables ventajas, hemos de reconocerlo; pero en la Red se nos han colado los malos, los abusones y alguna gente de malvivir de los que sobran ejemplos. Deberíamos de reinventarla.
Un botón de muestra para que lo tengas más claro. Mi amiga Pili trabaja en una tienda de ropa de Santiago de Compostela. Son dos empleadas y la dueña, autónoma. Me contó el otro día…
—- Nos está pasando que vienen clientas a la tienda a probarse los vestidos. Ven como les queda, la talla que mejor les va, nos dan las gracias y se van. Cuando le preguntas si va a volver por ella, porque has notado que le encantó, te contesta…
—- No te preocupes, ya la compro por Internet.
Es para cabrearse, ¿No crees? ¡Pues déjate de parvadas como ese otro invento americano, el “Black Friday”!