"Los gallegos estamos todos enamorados del agua y si llueve, nos mojamos"
Esta mañana me puse en plan deportivo, incluso eché mano de las gafas de sol; tal era la fuerza de mis raioliñas. Me fui a pasear y a pasar la ITV, pero tras una hora de aspirar aire puro, tuvo la lluvia la idea de pasarme factura por aquello que dije el otro día:
—- Los gallegos estamos todos enamorados del agua y si llueve, nos mojamos.
Se conoce que hacía tiempo que esto de empaparme no me ocurría a mí, un precavido y muy casero anciano de la tribu semiurbana de Bertamirans.
Porque dos nubes, solo dos nubes, me mandaron miles de chuzos hasta que lograron mojar totalmente el moderno Adidas que me regaló Gloria, una chupa estupenda contra el frío pero que lleva dos horas dando tumbos en el electrodoméstico y no da secado.
Te cuento mi periplo sin rencor, contento por la ducha fría, para que te enteres de que aquí llueve mucho en invierno, sí, pero esta Galicia nunca se inunda a pesar de la sucesión de borrascas de estos días, que darán paso a un fin de semana con sol del que no quema, luz apropiada y cambiante para admirar la perspectiva de la Tierra Única.
VIENE EL AÑO DE GRACIAS
La política española se va a llenar de amnistiados. Puigdemont ya no ejerce de prófugo y sí de eurodiputado en Bruselas capaz de amenazar al presidente de turno de la UE, Pedro Sánchez:
— Si no se aprovechan las oportunidades las consecuencias no serán agradables.
El tipo manda en un partido de derechas que practicó la corrupción con otros nombres y otros hombres. Es lo que tiene la democracia: las minorías pronuncian los discursos a su antojo cuando sus votos deciden.
— Oye, ¿Y en Galicia porque no votamos al BNG?
Porque dice mi primo José Vitorio -el hombre que está más a la derecha de los que conozco de derechas- que por aquí somos demasiado moderados y este PP que fundó Fraga tiene mucho arraigo como partido “de centro y nacionalista -a lo Alfredo Brañas-, mientras la izquierda que está mas a la izquierda no suma, antes al contrario, divide.
Dicho esto, como diría don Manuel, las cosas van bien y no tienen porque cambiar en el 2024, que es año de gracias.