Post-Verano antes del Otoño...
Una luz de sol claro de otoño atravesó persiana y estor para despertarme. Eso hice, despacio, para no caerme de culo otra vez sobre la cama, única compañera que, a estas alturas de la vida, te atrae con su encanto para que te le eches encima.
Sin embargo, cuando abrí el balcón ya pasara el amanecer y caían millones de gotas de lluvia sobre la rúa das Pedras, mojándolo todo. Así que me puse a remojo bajo el agua de la alcachofa y ahora… sí. Estoy completamente despierto y puedo contarte como pasa de rápido el tiempo y las cosas que ocurren en este país.
—- Galicia es lluvia –me dice el Dr. Frame a manera de buenos días.
—- Y sol entre la lluvia –le contesto señalando el sol que vuelve a invadir el salón.
La borrasca es de esas que llega cuando, al final del verano, aguardamos la próxima llegada del otoño. Sus efectos sirven para que se llenen los embalses y los pozos, los regatos cobren fuerza, los ríos se muevan más deprisa buscando el mar que, con la ayuda del viento, no permite pescar porque quiere que los sabrosos frutos de su vientre tengan un descanso.
—- Vuelve a llover…
—- Pero saldrá el sol otra vez.
Esta es mañana casi otoñal con el sello de Galicia Calidade… Sol, lluvia, otra vez sol, otra vez lluvia… ¡Hay que ver lo hermoso que es este país en el que vivimos! Fíjate como será de bonito que hay veces que lluvia y sol hacen el amor entre los árboles y cuando esto pasa, según el libro de los druidas, se está desposando la hija de un dios celta.
Xerardo Rodríguez