XERARDO RODRÍGUEZ )
No te lo creerás, pero de madrugada, en la radio, seguían hablando del cambio climático. Decían que llegó para quedarse y uno de los científicos que comentaba el hecho al hilo de la cumbre del G-7, aportaba este curioso dato sobre el calentamiento global:
—- En tres décadas, allá para el 2050, Londres tendrá el clima de Vigo, que a su vez tendrá el de Marraquech.
Para que veáis como es la gente de Vigo os contaré que ocho turistas chinos perdieron el último barco que salió ayer de las Islas Cíes. Al enterarse, los vigilantes del Parque Nacional les acogieron en sus viviendas para que pasaran la noche y les invitaron a una opípara cena. No me extraña que el país haya contabilizado ya cuatro millones de turistas, en lo que va de año.
Veo al alcalde Telmo Martín y demás cortesanos, rodeando a “su” majestad en la capital del verano gallego, y me recuerdan a los papanatas que en los años ochenta viajaban a Mallorca porque era donde veraneaba el rey y su familia. Ahora que Juan Carlos es solo emérito y goza de una merecida fama de golfo, nadie lo echa en falta por las Baleares. Por eso busca refugio en Galicia, a la que nunca prestó ni la más mínima atención ni falta que nos hizo.
Yo pienso como la mayoría de los veraneantes: la presencia del Demérito no aporta nada al turismo de Galicia. Además, no deja un euro; es más, cuesta dinero al erario público.
Te confieso que soy de los que hice la mili y no la terminé echando pestes contra los militares profesionales.
Durante mis nueve meses reales de servicio militar recibí una educación castrense que ni me importunó ni la consideré imprescindible para mi futuro, pero guardo entre mis recuerdos algún aspecto positivo de mi paso por los cuarteles del Sáhara: la disciplina. En la mili me dieron una cura de humildad que, tras ser hijo mimado y un bisoño chulito de radio, me vino al pelo.
Se está hablando otra vez del servicio militar voluntario y le doy la razón a la única generala que conozco, Patricia Ortega cuando dice…
—- No creo que el servicio militar voluntario fuera contraproducente.
Ortega fue la primera mujer en llegar a la cúpula del ejército español y a la que escuché decir…
—- El Ejército extrapola el género. Hay que pensar en la equidad más que en la igualdad.
Ahí queda eso.