Volar es vivir) Disfruta tu que puedes...
VOLAR ES VIVIR
Si canta el cuco, arrechouchía el mirlo y los gorriones hacen gorgoritos… es que estamos en verano. Era tan temprano esta mañana que, cuando iba por la segunda milla, me saludó desde el cielo de la City aquel halcón que solía frecuentar, majestuoso, el edén de Carreira. Le agradezco la visita porque me recordó aquellos tiempos en los que, imitándole, buscaba el plano cenital del país sobre el paisaje en verde y azul de tierra y mar.
Cuando aún volaba porque la edad lo permitía, me deslumbraban todos los trayectos patrios, pero especialmente esa belleza que se desliza de la montaña hasta el valle, el reflejo del agua embalsada de los ríos y los dos mares pintando acuarelas. No es de extrañar aquella pasión tan fuerte por la aventura. Cuando descubres los rincones escondidos del gran paraíso es cuando percibes que volar es vivir.
DISFRUTA TU QUE PUEDES
Tranquilos o furiosos, pero siempre diferentes. Un océano que se aquieta en la serenidad de las rías… y un mar de ola brava. En realidad… dos mares. Sobre ambos cantan los vientos del verano mientras la luz profunda, a veces ardiente, se posa sobre su lomo.
Goza tú que puedes y te lo mereces, de esta inmensa playa de paz y agua de sal elemental, que encontrarás justo frente a las rías, a la laguna de la ciudad sumergida, al círculo mágico del castro, al monte protector, al faro del fin del mundo, a las islas del Parque, a la gran duna, a las vírgenes de los milagros…
Disfruta de tu mar contemplando las montañas de espuma que saltan la roca para crear sus catedrales. Piérdete en el horizonte del océano infinito desde una tabla de surf o sumérgete en las aguas tranquilas de quince rías, espejos de la fúlgida luz de ese sol que nunca quema.
Venga, anímate. Te dejo mi invitación por escrito…