Hace muchos meses, en una tertulia de la Radio Galega, escuchábamos lo que decía el doctor Carlos Príncipe sobre lo que España, con urgencia necesitaba, para salir a flote y enderezar el rumbo ante lo que la Pandemia suponía y las consecuencias que arrastraba. Príncipe hablaba de un gobierno de concentración PSOE-PP, una especie de bloque central, apoyado por todas las otras fuerzas que deseasen participar en la "inevitable" tarea de reconstrucción que España debería de llevar a cabo. El que fue un buen alcalde de Vigo explicaba que la tarea sería en dos años o tal vez un poco más, para solucionar, encarrilar los problemas graves y fundamentales que España tiene, para una vez lograda una estabilidad y un rumbo en el país, convocar con calma unas elecciones.
Fue hace ya muchos meses cuando Príncipe expresaba ese deseo/sugerencia. Ahora, cuando el fin del año se acerca, España está muchísimo peor. Y el que quiera ver lo contrario, miente. Ahora, cuando el fin del año llama a la puerta, la Pandemia arrecia de nuevo y el acojone general por la situación económica es común denominador...
Durante todos estos meses hemos oído a muchas voces sensatas, como la del doctor Príncipe, propugnando soluciones similares para España. Pero cuantas más voces han surgido, más insistencia han mostrado el PSOE y el PP por distanciarse, por agredirse cada dos por tres, por volar no ya puentes, sino los pilares que pudiesen quedar donde antaño aún se asentaban puentes.
Es decir : cuanto más grave es la situación, más persevera Sánchez en ir de ganchete con los muchachos de Podemos, los Rufiane´s y demás personal del gremio de ande yo caliente, ríase la gente... Pero también es cierto : cuanto más grave es la situación, más persevera Casado y cía en posturas de irreconciliables con los socialistas, en vez de ser inteligente y haber jugado fuerte en momentos oportunos, para evidenciar ante la Opinión Pública -al menos- que el malo no es -también- su PP, sino un PSOE inabordable.
A medida que las semanas pasan, la situación del país en cuanto a la Pandemia se refiere, en cuanto a la Economía se refiere, va tornándose peor. Y en vez de producirse lo que como Carlos Príncipe, tantas personalidades han recomendado como indispensable, nos hallamos con que el futuro de España -y por ende de los españoles- digan lo que digan, importa muy poco a los dos principales partidos del país, empeñados en verse cada día el propio ombligo y empecinados en sostener un maldito enfrentamiento que a parte alguna que no sea el desastre conduce, mientras los ultras y radicales de los extremos (Vox y Podemos) se frotan las manos porque en ese río revuelto siempre estará su ganancia de pescadores. Y ya no digamos el escandaloso fielato que toca pagar a nacionalistas e independentistas vascos y catalanes que, si les dejan, están dispuestos incluso a beberse el agua de los ríos con tal de apañar los peces en seco.
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Si vez de poner esta foto como ilustración, pusiésemos una de "El Bombero Torero", sería lo mismo, la incomunicación es tal que produce risa... por no llorar. |