Hostelería y Ocio nocturno cerrados. Cuando lo que tienes delante es la ruina...

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Cuando la persiana está bajada...

Este fin de semana que terminaremos hoy, marca, sin duda, un antes y un después para la hostelería, en buena parte de España. Los cierres obligatorios decretados en varias autonomías son el complemento final a la herida causada ya días atrás con la implantación de los toques de queda, que llevó ya a estos locales -de por si condicionados con restricciones desde hace meses- a tener que bajar la persiana horas antes de lo habitual. Ahora, en muy diversas zonas, Galicia entre ellas, la persiana estará bajada todo el día. 

Lo peor, para algunos, aún puede ser que la persiana ya jamás vuelva a levantarse, porque -quebrados- ya no tendrán otra opción que el cierre definitivo.

Es muy triste todo. Para esa gente, hosteleros, autónomos, pequeños empresarios, empleados de esos locales... esta patada en el culo que les dan los gobernantes (oficiando en algunos casos de sepultureros) es la patada a seguir tras la habida meses atrás para también pequeños empresarios, autónomos y empleados del llamado ocio nocturno.

Los recortes de la Prensa de este sábado que ilustran este post nos muestran a un gentío de carajo, ocupando mesas al aire libre, terrazas llenas, en una especie de despedida del personal consumidor, en la última jornada antes de este cierre obligatorio de bares y restaurantes. Un recorte nos señala eso... la despedida de los clientes antes del tiempo de cautividad. 

El otro recorte, la bajada de persiana a cargo de la autónoma que con su marido explota un pequeño bar, va a acompañada de una pizarra, donde hay todo un desahogo con tintes de marcada indignación : indica la "ruina" a la que son condenados esos dos autónomos y, el tiempo, habla de (textual) "clase política que se garantiza sus sueldazos a costa de nuestros impuestos".

Es la fotografía de España, en este otoño de 2020.

Que Dios nos ayude a todos; empezando por los que ya ven la ruina delante, en indiscutible primer plano.