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Excavaciones en Cova Eirós permiten ahondar en los modos de vida de los neandertales en las sierras orientales

Las últimas excavaciones en la Cova de Eirós, en Triascastela, llevadas a cabo este verano con el impulso de la Xunta de Galicia y desarrolladas por miembros del Grupo de Estudios para la Prehistoria del Noroeste, Arqueología, Antigüedad y Territorio de la Universidad de Santiago (USC) y del Institut de Paleocología Humana i Evolució Social de Tarragona permiten ahondar aun más en el conocimiento de los modos de vida de los neandertales de las Sierras Orientales y constatar las hipótesis realizadas en años anteriores que demostraban que fue un lugar de campamento donde se desarrollaban diferentes actividades como la caza o elaboración de utensilios.

Como se desprende de los primeros resultados, la gran densidad de materiales líticos y óseos encontrados demuestran que Cova Eirós fue empleada por un grupo de neandertales durante un período prolongado en el tiempo. Los hallazgos permiten constatar que durante su estadía los grupos no solo procesaron a la fauna que cazaron, principalmente ciervos, sino que también realizaron otras actividades como la talla de herramientas líticas en cuarzo y cuarcita.

Además, y según se sabe por sus marcas de uso, también trabajaban pieles de los animales para la elaboración de atuendos. Los hogares también demuestran el control del fuego por parte de estos grupos, un fuego que no solo permitía calentar o cocinar alimentos, sino también trabajar otros materiales como la madera para la fabricación de utensilios o lanzas.

Hallazgos en un período poco documentado

Las excavaciones están ahondando en un período poco documentado en Galicia, el Paleolítico medio. En este caso se actuó en el nivel 4. El diferente tipo de ocupación con respecto a las documentadas en otros niveles de Cova Eirós o yacimientos al aire libre (como los de Monforte de Lemos), permite conocer las distintas estrategias de movilidad y subsistencia y la capacidad de adaptación de los grupos de neandertales a los condicionantes del medio.

En paralelo a los trabajos de excavación, se realizaron también varios estudios que permiten acrecentar el conocimiento sobre el paleoambiente de las Sierras orientales. Por una parte, los análisis sedimentológicos desarrollados por el investigador de la Universidad de Coímbra Pedro Cunha permitirán comprender las dinámicas paleoambientales de los últimos 50.000 años en las sierras relacionando las fluctuaciones en el poblamiento de la región con las dinámicas paleoambientales y glaciales que definen los momentos finales del Pleistoceno.

Por otra parte, la colaboración con investigadores del Max Planck Institute de Alemania permite también buscar restos de ADN antiguo en la secuencia de Cova Eirós para la identificación de mamíferos y también, si las condiciones lo permitieran, material genético humano.

Labor con medidas sanitarias

Las excavaciones de este verano dan continuidad a los trabajos realizados en los últimos años. En este caso, se vieron marcadas por la situación sanitaria, por lo que los trabajos tuvieron que desarrollarse con las medidas de prevención estipuladas. Dada la reducida superficie de excavación, de unos 21 m2, solo podían subir a excavar un máximo de seis personas para mantener las distancias de seguridad, algo que condicionó el ritmo de la excavación.

Los trabajos se enmarcan en la colaboración que la Consellería de Cultura, Educación y Universidad mantiene con la Universidad de Santiago desde el año 2015, tiempo en el que el Gobierno gallego invirtió cerca de 200.000 euros para la excavación, investigación, documentación arqueológica y difusión de este yacimiento. Además, gracias al impulso de la Xunta de Galicia, Cova Eirós es desde hace algo más de un año Bien de Interés Cultural (BIC).

La Prehistoria gallega

Las actuaciones que se llevan desarrollando desde el año 2008, tanto en la entrada de la cueva donde se encontraron restos de ocupaciones paleolíticas que van desde el Paleolítico medio hasta los momentos finales del superior, como en las paredes del interior de la cueva, donde se localizaron evidencias de arte rupestre del Paleolítico Superior, han permitido descubrir pinturas y grabados de un valor único y excepcional en Galicia.

Los últimos años de trabajos no solo lograron perfilar mejor la secuencia de ocupación de Cova Eirós, sino también profundizar en los estudios sobre el yacimiento y la Prehistoria gallega. Una labor continuada cuyos resultados están dándose a conocer y a publicándose en congresos y revistas científicas de gran prestigio, tanto nacionales como internacionales.




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