Así, el Reglamento establece que las características que debe tener el pan para poder acogerse la esta IXP de ámbito gallego son contar con una corteza dura y triscante, pedazo esponjosa y alveolado abundante e irregular. Además, su elaboración tiene que ser artesanal con harina de trigo blando, de la cual una parte –como mínimo el 25%– debe proceder de trigos cultivados en Galicia, pertenecientes a variedades y ecotipos autóctonos gallegos. A mayores, el producto se ha de caracterizar por la utilización de masa madre y de una elevada cantidad agua, así como por los largos tiempos de fermentación y cocción, esta última siempre en hornos con solera de piedra u otros materiales refractarios.
Según la orden publicada hoy, las piezas de pan amparado podrán adquirir la forma de fogaza, roscón, bollo o barra. Cuanto al sabor y el aroma, el pan se distinguirá por ser muy aromático y por contar con un sabor intenso a trigo con un punto ligeramente ácido. En lo tocante a la conservación de sus propiedades, su fuerte corteza actuará de protección y le permitirá al producto mantener durante horas su consistencia dura y crocante, así como la textura esponjosa del pedazo. De este modo, se podrá consumir pasadas 48 horas desde la elaboración, o mismo después.
En lo relativo a la supervisión de las características y el origen del pan, la Consellería de Medio Rural aprobará, tras la propuesta del pleno del Consello Regulador, el programa de control, los procedimientos operativos, las instrucciones técnicas y los formatos relativos al proceso de control y certificación de la IXP Pan Gallego, que serán integrados en el manual de calidad. Los controles se basarán en inspecciones o auditorías de las parcelas de cultivo, almacenes de grano, molinos e instalaciones de elaboración y despacho, revisión de la documentación y un control del cumplimiento de los parámetros físicos descritos en el Reglamento. Así, podrán llevarse a cabo comprobaciones para verificar las características de las distintas harinas empleadas en la elaboración del Pan Gallego, así como analíticas del propio producto.
Cuanto al Consello Regulador de la IXP, consta de una presidencia y diez vocalías, ocupadas tres por representantes del sector productor de trigo, dos por representantes de los molinos y cinco por titulares de las panaderías. Este Consello abrirá ahora los distintos registros, para tener identificadas tanto las parcelas de cultivo y almacenes de grano, como los molinos y las instalaciones de elaboración y despacho de Pan Gallego, con el objetivo de que este producto amparado pueda encontrarse en el mercado este mismo año.
Apoyo de la Xunta
La aprobación del Reglamento y del Consello Regulador de la IXP Pan Gallego se produce después de que el producto ya había quedado incluida en el Registro Comunitario de las Indicaciones Geográficas Protegidas, lo que supuso su reconocimiento en el ámbito europeo. Todos estos trámites fueron posibles tras un proceso iniciado oficialmente en 2015 por la Federación Gallega de Asociaciones de Fabricantes de Pan (Fegapan) -si bien los trabajos para conseguir este logro venían de años atrás- y en el que siempre contaron con el apoyo del Gobierno gallego.
La Xunta y el sector esperan que esta medida beneficie un gran número de pequeñas panaderías distribuidas por toda la comunidad, nombradamente en las zonas rurales. Además, esta indicación incentivará el cultivo de trigo en Galicia, lo que tendrá un impacto positivo en la mejora de las rentas de los agricultores, en la recuperación del rural y mismo para anticiparse a los incendios forestales, al actuar los terrenos de labradío como barrera frente a los fuegos.
Enlace a la orden en el DOG:
https://www.xunta.gal/dog/publicados/2020/20200728/AnuncioG0426-210720-0004_gl.html