Ahora, de un mes para aquí, esto es el ¡viva la mascarilla!.
Y de ahí a que, sucesivamente, comunidad tras comunidad, la anuncien obligatoria, ha sido un paso. Un simple paso, tardío eso sí, demasiado tardío.
Es probable que lo siguiente sea volver a los dos metros de distancia. Sabéis que se empezó con los dos metros y luego lo rebajaron al metro y medio. Como siga lo de los brotes -y seguirá- vendrán de nuevo los dos metros.
No sigo, porque me caliento y no quiero decir barbaridades, ni endurecer el lenguaje. Pero... ¿qué confianza puede tener el de a pie en los personajes que saltan del blanco al negro en un santiamén?.
Lo dicho... ¡que Dios nos pille confesados!.

