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El "São João de Braga", mucho más que una enorme fiesta; un profundo e incombustible sentimiento

Fue todo lo que permitió la Covid-19 maldita. 
Pero los de la Comisión de Fiestas del S. Joâo de Braga echaron imaginación al asunto, como ayer indicábamos ya en RÍAS BAIXAS TRIBUNA, y así se manifestó en el programa desarrollado durante varios días. Un programa para ver y seguir en casa, lamentablemente. Pero al menos, algo...

Sin público, encerrados en locales apropiados, artistas y agrupaciones musicales se fueron dando cita, con las cámaras de video y televisión local por testigos retransmitiendo los sucesivos actos. Los indispensables para decir que ni siquiera la peste esta ha podido con el S. Joâo de Braga. La Covid-19 ha confinado la fiesta, en las casas, en los corazones, en los sentimientos de los bracarenses, la ha impedido en la calle, pero al final no ha podido impedirla realmente, porque el S. Joao bracarense ha estado ahí, vivo, presente, imposible de exterminar...

Por eso, en el último acto, celebrado esta tarde del 24, la Rusga de San Vicente y la Banda de Música de Cabreiros han protagonizado la despedida a S. Joâo, el hasta siempre amigo, el hasta el año que viene si Dios quiere.
Y así ha sido, se han llevado una imagen del santo, debidamente engalanada, al mismo local en donde iban a interpretar varias músicas en el tradicional acto de despedida..  Y allí, justamente, delante del trono del Sâo Joâo Baptista, primero la Rusga de S. Vicente y después la Banda de Cabreiros, han actuado. Sin público in situ, pero con miles de bracarenses en sus casas, viendo y oyendo a través de los ordenadores y smart-phones.

Mientras, durante este día 24, cientos y cientos de personas no dejaron de acudir a los dos lugares donde en Braga a S. Joâo se venera : a la capilla de S. Joâo del Parque, donde en su exterior tuvo lugar a media mañana una eucaristía con una muy emocionante homilía; también a la iglesia de S. Joâo de Souto, en el centro de la ciudad... Horas y horas con un goteo incesante de personas, en filas, guardando las distancias, para comparecer una a una ante la imagen de S. Joâo, detenerse unos instantes, tomar una estampita de recuerdo y dar paso al siguiente en las enormes colas... Gran devoción la de los bracarenses por su S. Joâo, tan enraizada en una ciudad que siempre supo conservar al máximo sus tradiciones.

Vean ahora, en lo que sigue, el video que recoge el sencillo pero digno acto de "despedida a S. Joâo" protagonizado por la Rusga de San Vicente y la única banda de música del Concelho de Braga, la Banda de Cabreiros (175 años de historia nada menos).

Todos los años, cuando la solemne procesión termina a las puertas de la Catedral de Braga, cuando el cortejo al completo se disuelve, allí quedan delante del templo, en la calle, la imagen de S. Joâo, la llamada "Comisión del S. Joâo de Braga", la Banda de Cabreiros y la Rusga de San Vicente. Todos ellos, entonces, junto a cientos de espontáneos populares (gente del pueblo llano) llevan en volandas la imagen de S. Joâo por las calles del casco viejo bracarense, en un acto eminentemente popular, fuera ya de programa y de cualquier componente religioso... Es lo que se da en llamar "la despedida a S. Joâo".
Por eso ese improvisado, espontáneo y sincero cortejo por las calles viejas de Braga, tiene por objeto llevar la imagen de S. Joâo a su casa, al templo de S. Joâo de Souto, en donde, digámoslo así, va a pasar el próximo tiempo, hasta que junio del año siguiente llegue...
Ese traslado a su casa de la imagen del santo es profundamente emotivo, marca el final de las fiestas de S. Joâo en Braga. Cientos de populares avanzan por las calles en marcha rápida tras la imagen del Bautista, mientras la Banda de Cabreiros interpreta una y otra vez como en una cinta sin fin, el himno de S. Joâo de Braga. Así hasta llegar a la puerta de la iglesia del Souto. Allí se hace el silencio.
La Rusga de San Vicente se sitúa a la vera de la imagen de S. Joâo. Hay emoción en todos los rostros. De repente, el maestro de la Banda de Cabreiros hace un gesto a los integrantes de la Rusga, también al gentío concentrado alrededor... todos preparan sus gargantas; se arranca la Banda de Música y con ella la Rusga de San Vicente, el himno de S. Joâo de Braga suena por última vez -después de días en que se ha entonado docenas y docenas de veces-; el gentío presente acompaña cantando también. Hasta que finalmente, la imagen se introduce en su casa del barrio de la feligresía de S. Joâo de Souto. Ahora, felices como si hubiesen cumplido con un deber, los cientos y cientos de bracarenses presentes, vuelven a sus casas. Para ellos nada hay más grande que su "S. Joâo de Braga".

Este emotivo acto de despedida por las calles viejas de Braga no pudo celebrarse este 24 de junio de 2020. De ahí ese otro acto, sustitutorio, recogido en el video que sigue, de apenas media hora.
La imagen de S. Joâo ya está de nuevo en su casa de la iglesia de S. Joâo de Souto. Pero lo importante, tal vez, es que sigue estando, más presente que nunca en el corazón de muchísimos miles de bracarenses.
Ojalá que en el 2021, la verdadera normalidad y no "la nueva", sea la que a todos nos rodee. Y al celebrado y tan querido "S. Joâo de Braga", también.  -- C. MACEIRA

Imagen del "S. Joâo de Braga", a las puertas de la catedral, un año
cualquiera anterior al desgraciado 2020



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