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Equipo de la Universidad de Vigo destapa asentamiento militar del siglo II

Después de dos meses de intervención arqueológica, el campamento romano de la Ciadella, en el ayuntamiento coruñés de Sobrado, comienza a renacer bajo la vegetación. Desde el pasado 2 de marzo, un equipo de arqueología y conservación-restauración de la Universidad de Vigo desarrolla un proyecto que, impulsado por la Xunta de Galicia, pretende ahondar en el conocimiento de este asentamiento militar construido en el siglo II después de Cristo. “Después de dos meses de trabajo, con un parón de tres semanas por la pandemia de la COVID-19, ya se aprecian los importantes avances de los trabajos de la fase de excavación”, comenta Adolfo Fernández, director del proyecto y miembro del Grupo de Estudios de Arqueología, Antigüedad y Territorio (GEAAT) de la Universidad de Vigo.
El proyecto, en el que el Gobierno gallego invierte cerca de 240.000 euros, es fruto de la consecución por parte del equipo de la Universidad de Vigo del concurso de licitación del trabajo promovido por la Consellaría de Cultura y Turismo y cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (80%), en el marco del programa operativo Feder Galicia 2014-2020. La iniciativa abarca investigación, nuevas excavaciones y tareas de conservación-restauración con una duración total de diez meses. Por lo que respecta a las excavaciones que se están desarrollando en la actualidad, tenían una duración de tres meses, desde marzo hasta mayo, aunque las novedades y el parón provocado por la COVID-19 van a hacer necesario prologarlas hasta mediados de junio. En ellas participan doce personas, técnicos y auxiliares de arqueología, contando el proyecto con la participación de los miembros del GEAAT y profesorado de la Facultad de Historia del campus de Ourense Fermín Pérez, Susana Reboreda y Ladislao Castro.
Dos frentes de trabajo
Las excavaciones, explica Adolfo Fernández, se concentran en el edificio 1-2 mientras que en el llamado edificio 4 del yacimiento a intervención consiste en una limpieza y en una reescavación de los niveles ya intervenidos en los años 90 del siglo pasado para proseguir con una importante restauración de los restos arqueológicos. En la zona del edificio 1-2, detalla el arqueólogo, “ya se excavó por completo la frente norte descubriendo los muros norte y oeste de una grande estructura del campamento”. Entre este edificio y la muralla del campamento, añade, se descubrió una camino perimetral, la llamada "via sagularis". Ya se avanza también en este sector en la excavación de un grande área que completaría la totalidad de este edificio, llegando hasta la calle principal del campamento, la llamada "via principalis". Además de las estructuras campamentales del alto imperio, el equipo de la UVigo está detectando “unas importantes fases de reocupación civil del yacimiento datadas a finales del siglo IV y otra posterior, ya del siglo VI en adelante, que incluye una zona de necrópolis posiblemente de las épocas tardoantiga y altomedieval que no era conocida en toda su extensión”. “Algunas de ellas conservaban parte del ataúd de madera por lo que su excavación está siendo muy compleja”, señala Adolfo Fernández. Sin embargo, el objetivo de esta campaña, recuerdan sus responsables, es conseguir conocer la planta de la primera fase, la del campamento militar, y con eslabón conocer la funcionalidad de los edificios que ocupan la parte central del recinto castrense.
Por lo que respecta a la zona del edificio 4, Adolfo Fernández comenta que “se avanzó en la retirada de buena parte de la cobertura vegetal que lo tapaba dejando a la vista elementos que habían sido excavados en los años 90”. Se excavó, detalla, la frente sur “y en un días toda esta área estará lista para su registro pormenorizado mediante fotogrametría 3D y posteriormente se procederá a excavaciones puntuales con el objetivo de clarificar las estructuras campamentales aquí escondidas bajo una importante ocupación tardoantiga y medieval protagonizada por una iglesia y otras edificaciones anexas”.
A poco menos de un mes para el final de la campaña, el equipo de la Universidad de Vigo espera desentrañar parte de la planta real del campamento romano instalado posiblemente ya finales del siglo I antes de Cristo y otorgarle una funcionalidad a todos estos edificios campamentais y de épocas posteriores que se localizan en los llamados edificios 1-2 y 4. Luego de la excavación y registro será el momento de la fase de puesta en valor con una completa intervención de conservación y restauro con el objetivo de que este complejo yacimiento, que pervive desde el siglo I hasta el siglo XII, sea comprensible para los futuros visitantes. Todas las actividades de difusión con alumnado, charlas y actividades divulgativas se encuentran retrasadas hasta que el estado de alarma provocado por la COVID-19 permita que se puedan desarrollar. Sin embargo, la información y las novedades del avance del proyecto se pueden seguir diariamente en las redes sociales.
Importancia del yacimiento
El yacimiento, recuerda Adolfo Fernández, “es muy complejo ya que presenta una ocupación prolongada desde la construcción inicial del campamento militar, probablemente ya la finales del siglo I después de Cristo, con la posterior llegada e instalación de la Cohors I Celtiberorum, hasta el siglos XII-XIII, con una importante ocupación tardoantiga que se extiende por encima del fuerte militar romano asociado a una primitiva iglesia alto medieval, que en el siglo XII fue trasladada a pocos metros fuera del yacimiento”. Esta unidad militar mixta (de infantería y caballería) dependía directamente de la Lexio VII Gémina, establecida en León, siendo su función principal la de garantizar las comunicaciones entre Lucus Augusti (Lugo), una de las capitales romanas del Noroeste, y el puerto de Brigantium (A Coruña), además de controlar las explotaciones mineras de la zona y dar soporte a la administración para el cobro de impuestos.


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