La utilización de los servicios sanitarios en España pasó de un rápido
incremento en el periodo anterior a la recesión de 2008 a una
estabilización durante la crisis y un posterior descenso. Un estudio que
acaba de publicar el Grupo de Investigación en Servicios Sanitarios de
Aragón (GRISSA) en la revista GACETA SANITARIA revela también que la
crisis económica de 2008 aumentó las desigualdades en el acceso a los
servicios sanitarios correspondientes a Atención Especializada. La
probabilidad de usar Atención Primaria fue mayor en los grupos más
desfavorecidos, mientras que en Atención Especializada se observó la
tendencia contraria.
Para analizar el uso de Atención primaria y
Especializada en España antes, durante y después de la crisis de 2008,
el estudio ha tenido en cuenta los datos de las Encuestas Nacionales de
Salud de 2001, 2003, 2006, 2011 y 2017 junto a la versión española de la
Encuesta Europea de Salud de 2014, con una muestra total de 139.566
usuarios mayores de 16 años. Durante el periodo analizado, se observa un
incremento en el uso de ambos servicios, con una mayor utilización en
mujeres. La utilización de Atención Primaria aumentó del 16,1% en 2001
al 30,1% en 2017 y del 8,2% al 15,4% en el caso de la Atención
Especializada, si bien este incremento no fue lineal. Hubo un aumento
importante en el uso de ambos servicios sanitarios desde 2001 hasta
2011, una estabilización durante la recesión y una disminución lenta,
principalmente para Atención Especializada, en el período posterior a la
recesión.
Cuando se analizan los determinantes
socioeconómicos, se observa que la utilización de Atención Primaria se
duplica entre 2001 y 2017 en todas las categorías. En algunas, el
aumento es incluso mayor, como en el caso de los hombres con nivel
educativo alto, que pasan de un uso del 8,7% en 2001 al 23,4% en 2017.
Si bien la brecha entre hombres con bajo y alto nivel educativo
desaparece durante el periodo analizado, no ocurre lo mismo con la
brecha entre trabajadores y pensionistas. La utilización de Atención
Primaria de los primeros asciende del 9,5% en 2001 al 21,4% en 2017,
mientras que el uso de Atención Primaria por las personas pensionistas
parte de un 20,8% en 2001 para ascender al 36,1% en 2017.
En el
caso de las mujeres, la brecha socioeconómica persiste en Atención
Primaria entre clases sociales y entre niveles educativos. Se encuentran
diferencias estadísticamente significativas entre las mujeres
trabajadoras, estudiantes y pensionistas. En mujeres trabajadoras la
utilización de Atención Primaria evoluciona de un 13,5% en 2001 al 30,1%
en 2017. Las estudiantes son las que menos utilizan este servicio
sanitario (del 4,8% en 2001 al 14,5% en 2017), mientras que las
pensionistas son las que más recurren a Atención Primaria, pasando de un
18,7% en 2001 al 47,8% en 2017.
El uso de Atención
Especializada también aumentó entre 2001 y 2017. El mayor incremento se
produjo en los hombres pensionistas, que pasaron de un uso del 6,2% en
2001 al 23,4% en 2017. Respecto al nivel educativo, los hombres con un
nivel educativo más bajo recurrieron menos al especialista que los que
tenían un nivel medio o alto. Su uso apenas subió del 6,3% en 2001 al
9,6% en 2017. Estas desigualdades por nivel educativo se incrementaron,
todavía más, en el caso de las mujeres.
Tras estudiar la
evolución de la utilización de estos dos recursos sanitarios antes,
durante y después de la recesión económica de 2008, se detecta que los
hombres con un nivel educativo medio o bajo tenían más probabilidad de
recurrir a Atención Primaria los años previos a la crisis. De la misma
manera, los hombres en desempleo y los pensionistas también tenían una
probabilidad mayor que los trabajadores. Durante la recesión, los
trabajadores manuales y los pensionistas tuvieron una mayor probabilidad
de utilización de Atención Primaria que los trabajadores no manuales y
los trabajadores, respectivamente, a igual necesidad. En el caso de las
mujeres, durante los años previos a la crisis, tuvieron mayor
probabilidad de acudir al médico de cabecera las trabajadoras manuales
frente a las no manuales, las de estudios medios o bajos frente a las de
estudios superiores y las desempleadas y pensionistas frente a las
trabajadoras. Esta tendencia se observó también en 2017, tras el inicio
de la crisis económica, tanto en hombres como en mujeres. Estas
desigualdades en el acceso a Atención Primaria podrían explicarse por el
escaso uso de servicios preventivos o la baja frecuencia de seguros de
salud privados entre las clases menos favorecidas, entre otras.
En lo que se refiere a Atención Especializada, los hombres desempleados
y los pensionistas fueron los que tuvieron una mayor probabilidad de
uso durante los años previos a la crisis. En el caso de las mujeres,
eran las trabajadoras manuales y las empleadas domésticas las que por
entonces tenían más probabilidad de acudir al especialista. Sin embargo,
durante la recesión se incrementaron las desigualdades. Los
trabajadores manuales y aquellas personas con un nivel educativo más
bajo presentaron una menor probabilidad de utilización de Atención
Especializada a igual nivel de necesidad, una tendencia que se mantuvo
los años posteriores al estallido de la crisis económica.
Los
resultados muestran, por tanto, una mayor utilización de servicios
sanitarios por parte de las mujeres, algo que los autores achacan a los
roles sociales asumidos por hombres y mujeres. Así, las mujeres no solo
acuden al médico para cubrir sus necesidades sino también las de sus
familiares, mientras que la adopción de ciertos roles por parte de los
hombres dificultan su consulta al médico o la identificación de signos y
síntomas de la enfermedad. También detectan un aumento de las
desigualdades en el acceso a los servicios sanitarios tras la crisis
económica, con una mayor utilización de Atención Primaria en las clases
más desfavorecidas, que a su vez acceden menos a Atención Especializada.
“Estas desigualdades deben tenerse en cuenta para plantear nuevas
formas de organización de los sistemas sanitarios, de modo que se
garantice un acceso equitativo a los recursos”, concluyen.
Referencia bibliográfica :
Raquel
Sánchez Recio et al. The use of health care services in the Great
Recession: evaluating inequalities in the Spanish context. Gac Sanit.
2020. Disponible en:
https://gacetasanitaria.org/es-the-use-health-care-services-avance-S0213911119302766?referer=buscador