Malvivir es morir con prisa...

Un artículo de Xerardo Rodríguez

Aprovechando que el sol quiso despedirse de mayo con fuerza, me propuse averiguar hasta qué punto pende sobre los ciudadanos la pobreza, como gran amenaza social. El sentir es común: nos están matando porque malvivir es como morir con prisa. No hay paisano que esté libre de la exclusión social con el desorden económico de este reino. Nos subieron todo menos los salarios. Y se notan mucho, demasiado, los poderes fácticos.  

Como quiera que me he quedado, por edad y enfermedad, sin otra vida social que no sea la de proximidad, me resulta fácil anotar el mejor indicador económico del entorno. Me basta con acompañar a mí mujer al supermercado para corroborar lo que denuncian las estadísticas: lo que compra la gente ahora cabe en una bolsa, cuando, hace bien poco, el estado de bienestar nos permitía a todos llenar uno o dos carritos con productos básicos para la alimentación y la higiene de la familia.

Las cifras que facilita el propio INE coincidentes con las de alguna ONG hablan de que 12’7 millones de personas, un 26’5% de la población española, malviven en riesgo de pobreza o exclusión.

Mientras, el Gobierno de España envía mil millones de euros en armas a Ucrania como si fuéramos americanos; y la clase política se dedica a organizar peleas de gallos en el congreso, senado, parlamentos autonómicos, diputaciones provinciales y ayuntamientos.

A vosotros, los jóvenes y los que la salud os lo permita, os invito a tomar las plazas nuevamente para hacer otra revolución, a ver si de esta va. Por lo menos, aprovechar las urnas para intentar que se ocupen de trabajar por nuestro bienestar y no por el suyo.