En aquel mi primer viaje a Cuba -cuando el actual presidente tenía unos 10 años- fui no solo a La Habana, a Varadero y a Cayo Largo. También a la Isla de la Juventud, a Santiago, a Matanzas y a Holguín. Vi campos revolucionarios de caña, pero muy poco cultivo de cereales y casi ninguna huerta; y tampoco vacas… ni ovejas. La isla tiraba, entonces, por otros derroteros pensando más en la revolución industrial que en el sector primario. Yo les recordaría a los dirigentes actuales que ese fue su gran fracaso económico, ya que en ese paraíso terrenal se da todo bien.
El gobierno de Miguel Díaz Canel, permite la inversión extranjera en Cuba y me consta que los dirigentes de la isla esperan que los gallegos nos asomemos de nuevo por allí. Ya hay precedentes de buenos negocios por parte de empresarios gallegos e incluso una Asociación Empresarial.
Es probable que muchos empresarios del sector agropecuario de Galicia estén pensando en la isla bonita como objetivo de futuro, puesto que las áreas agrícolas y ganaderas están prácticamente vírgenes. Y claro, de eso los gallegos, sabemos mucho.
Al margen, Galicia puede ser un gran socio para Cuba en materia de pesca, la industria agroalimentaria, el sector lácteo y en otros campos como las energías renovables, la construcción naval o la biotecnología.
Hasta Silvio Rodríguez en su magnífico blog pide avances y no la estática nostalgia revolucionaria. Y se pregunta…
—- ¿Cuándo tendremos los mismos derechos los que nos quedamos en Cuba defendiendo la Revolución?
Supongo que la pregunta va dirigida tanto a los mandatarios cubanos como a los yanquis que aún mantienen sometida a la isla a un brutal e injustificable bloqueo. No hay doctrina que justifique el acoso económico a nueve millones de personas.
XERARDO RODRÍGUEZ, director de GALICIA ÚNICA