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Hoy o mañana, o cuando tu quieras, en el próximo fin de semana… ¿Qué te parece si nos vamos a la proximidad de Compostela para procurar, además del paisaje de río, viandas que merecieron la estrella Michelín?
SANTA COMBA, LA TIERRA LLANA
Si viajas por el municipio de Santa Comba atravesarás una llanura con horizontes suaves de superficies de erosión, metidas entre un triángulo formado por tres montes: Santa Bárbara, O Castelo y Freixeiro, de poco más de 500 metros de altitud.
Este ayuntamiento posee un paisaje atípico en la Galicia rural, que atraviesa en diagonal el río Xallas. Es una tierra llana, aprovechada en solo un treinta por ciento para prados verdes y campos de cultivo.
Sin embargo la villa tiene sus cultos. Porque es la población central de una amplia y rica comarca, en la que gusta la fiesta y comer bien, que hay algún establecimiento con estrella Michelín.
De la fiesta nos quedamos con una muy sencilla que se celebra en el entorno de la capilla gótica de Rubín, del siglo XVI. Es romería de lo más típica y con leyenda: a pocos metros de la capilla esta la fuente que se conoce como de San Miguel y dicen que sus aguas son milagrosas contra la enfermedad, sea cual fuere, especialmente aquellas que afectan a los niños.
Comer es un placer único en cualquier restaurante de Santa Comba, pero si buscas la estrella Michelín vete al de A Costiña, elije el vino en la bodega saboreando anchoas de Santoña y prueba sus más sencillos sabores: huevo escalfado sobre tomate y tocino ibérico; tronco de merluza braseado o almejas en su jugo… ¡No te extrañará que la gente peregrine a Santa Comba para cumplir con el rito de comer bien!
Si eres de estas antiguas tierras del condado de Trastámara y llevas tiempo fuera de ella recordarás aquellas ferias semanales que han perdido relevancia hoy en día, a favor del comercio local y de los mercadillos; pero las anuales del 11 y 12 de marzo; y la del 24 de Abril, conservan el encanto del ayer, cuando aquí nacían los niños con una maleta y se marchaban de mozos a hacer las Américas.
Santa Comba, la villa, está en el centro de la comarca, por eso no es de extrañar ni su crecimiento ni la polarización comercial que ejerce sobre ella, que se ve favorecida por un trazado viario que nos recuerda aquel refrán romano… ¡Aquí todas las carreteras conducen a Santa Comba!
Los once mil habitantes de este municipio se distribuyen en nada menos que 142 pueblos, que pertenecen a 17 parroquias, a lo largo de una superficie de poco más de 200 kilómetros cuadrados.
Cuando recorres Santa Comba descubres que hay aldeas de postal, de gran belleza paisajística y al mismo tiempo con una gran actividad rural. Porque casi el cincuenta por ciento de los trabajos que aquí se desarrollan son agropecuarios, especialmente de carácter ganadero.
Hubo un momento en que las explotaciones ganaderas de carácter lácteo evolucionaron positivamente, pero hoy se estabilizaron debido a la limitación de cuotas y a los precios de la leche. Por eso, en el momento actual, las explotaciones cárnicas, las de la famosa ternera gallega, quizá hayan superado ya en cifras a las frisonas.
Claro que la primera gran industria de Santa Comba ha sido la emigración. Desde finales del siglo XIX hacia América y ya en los años sesenta del siglo XX al resto de Europa. El éxodo tuvo una importante repercusión económica en la comarca y especialmente en este municipio, donde una buena parte del ahorro se invertía en la construcción de viviendas, de ahí el crecimiento de la villa, muy por encima de los municipios limítrofes.
Para el viajero curioso hay que contar que abundan aquí los restos de la cultura castrexa, sobre todo en los castros de San Bartolomé en Busto-Santa Sabiña, con todo el perímetro amurallado, con foso y parapeto. El de Castriz, que se halla en Boaña de Arriba, conserva una torre defensiva. Y finalmente en el Castro Laberco, en Labradas-Mallón, se hallaron cerámicas y otros restos arqueológicos.
En realidad hay en Santa Comba quince castros censados y su toponimia demuestra que esta fue tierra ya habitada en la época castrexa.
Su esplendor histórico, sin embargo, lo alcanza en la Edad Media, cuando fue el centro del antiguo condado de Trastámara, que significa “tierras tras el Tambre”, título que detentaron los Alvarez de Osorio hasta que quedó convertido en arcedianato y pasó a depender del Arciprestazgo de Dubra.
El Xallas es el río de Santa Comba. Atraviesa el municipio en diagonal y genera su mejor paisaje, además de ofrecerle las más sabrosas truchas al pescador, cuando comienza la temporada.
El Xallas es el río de la provincia de A Coruña, con 65 kilómetros de curso y el único de Europa que desemboca en cascada, en el Mar de O Pindo, dando origen a la ría del mismo nombre.
Serpentea toda la comarca pero cobra fuerza por el aporte de los ríos Castiñeiras, Vilarmaior y Bazar, que nacen en el monte Castelo de donde parten hacia el suroeste.
En su trayecto por Santa Comba, el Xallas cobra el agua de pequeños regatos, entre ellos el Regueira… En su confluencia puede decirse que es donde el río comienza a llamarse Xallas.
La confluencia con el río Mira que también viene del Monte Castelo y la laguna de Brañas Rubias son lugares que no dejan a nadie indiferente, como la famosa fervenza de Castriz.
Nos vendrá bien un fin de semana recorriendo este municipio que, ya ves, cuenta con numerosos atractivos. Así que, venga, ponte la mochila y vamos.