Este viernes, algún que otro medio se hace eco de lo que habría manifestado Abel Caballero en su programa televisivo de la estación local de confianza. Caballero está decidido a convocar otra de sus protestas callejeras, como aquella medioprotesta-mediomitin-medioconcierto en la Porta do Sol donde reivindicaba el Ave por Cerdedo (cuando en Madrid gobernaba el PP, claro; pues a su ahora admirado Sánchez no le montaría un pollo de ese tipo).
Pero el caso es que Caballero amenaza ahora a la Xunta con un show-manifestación de los de su sello personal, si Patrimonio le impide continuar poblando toda la Gran Vía de artilugios-rampas rodantes como el que acaba de inaugurar semanas atrás... El alcalde de Vigo volvió a insistir en su planteamiento de instalar cintas transportadoras en toda la Gran Vía, incluyendo de paso los tramos que Patrimonio prohibió. “Si es preciso, la ciudad se manifestará contra el sectarismo político de la Xunta”.
Caballero dice que el informe de la Dirección Xeral de Patrimonio está basado en motivos políticos y no técnicos y, por ello, vuelve a la carga esgrimiendo ahora otra movilización popular. “Hoy tenía que estar toda la Gran Vía hecha pero la Xunta no nos dejó por resentimiento político. Pero vamos a hacer los tramos que nos impidió. Voy a presentar los esbozos y proyectos dentro de unos días. Lo voy a plantear otra vez”, afirmó.
No cabe olvidar, pues, que Caballero pretende prolongar por "toda la Gran Vía" viguesa, esta actuación de instalación de rampas rodantes cubiertas por esos adefesios de colorines motivo de chistes en la Televisión estatal por humoristas de notable resonancia. Es decir, llenar de rampas rodantes y cobertizos todo el bulevard hasta la Praza de América.