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Cuando atrás quedan 10 años de la muerte de José Saramago


Diez años han pasado ya de la muerte del inolvidable escritor português, José Samarago. Diez años en los que no han cesado homenajes, recuerdos, actos en torno a su figura y obra. Desde nuestra modestia, ahora que 2020 concluye, solo nos cabe recordar el texto que aquella noche siguiente a su muerte publicábamos en lo que entonces era "Morrazo Tribuna" que con el tiempo devino en "Rías Baixas Tribuna". Decíamos así : 

Es duro, en esta hora amarga del adiós del gran escritor José Saramago, leer en los foros en Internet de los periódicos portugueses, una cantidad muy elevada de comentarios airados, incluso muy agresivos, despectivos, incluso infames, hacia la persona que nos ocupa, ahora que ha muerto.
Es muy duro. Y en cierta medida, hace entender, que si en un país tenía muchos detractores Saramago, este era Portugal. En esta hora del adiós, aparecen resentimientos, graves acusaciones , incluso de haber saneado (sic) a compañeros de trabajo en el Diario de Notícias, en su afán por situar la línea del histórico periódico en la órbita comunista, cuando ocupaba lugar en la Dirección en la década de los 70...
Esperábamos otra cosa esta noche. Tal vez el silencio de sus detractores y el profundo respeto y la gran admiración de sus seguidores. Pensábamos que la Muerte, el hecho en si de la Muerte, serviría por si solo para un pasar página. Pero, lamentablemente, observamos que no.
Aparece, sin embargo, en el punto y aparte -y merece reconocimiento y elogio, al menos así lo creemos- el comunicado hecho público por la Iglesia Católica portuguesa : es elegante, comprensivo, incluso generoso... Habría quien esperase otra cosa. Los que somos creyentes, esperábamos que, al menos, la Iglesia supiese estar. Otra cosa es que fuese capaz... Y lo ha sido. 
Indudablemente son muchos más, somos muchos más que los discordantes, los que sentimos admiración por la obra de Saramago. Se puede no estar de acuerdo con algunas de sus ideas, o planteamientos, o no creencias... pero no por ello se ha de dejar de valorar muchas de las cosas positivas que encierra el enorme legado que Saramago nos deja.
En esta hora del adiós, aunque su literatura jamás morirá y quedará aquí para siempre, los creyentes elevamos una oración a Dios por el alma de quien en Dios no creía. Y convencidos de su infinita misericordia, tenemos por seguro que el Todopoderoso le habrá perdonado ya sus faltas y le habrá acogido en su seno. 
¿Quien somos nosotros para juzgar a nadie?, deberíamos plantearnos en esta hora de intenso debate en los foros antes mentados, con expresiones que entristecen, que duelen singularmente en esta hora de la muerte de un ser humano. Si Saramago optó por el ateísmo, si una parte de su literatura fue elemento de confrontación con la Iglesia... ¿qué derecho tenemos a pasarle factura ahora, cuando se ha muerto, en forma de tan brutales comentarios...?. Quien esté libre de pecado, tire la primera piedra... dijo quien bien sabemos.
Nos hubiera gustado que la muerte de Saramago fuese motivo, final ya, de concordia entre portugueses. Hemos comprobado que no. Y esto es lo más triste en esta hora.
Tal vez con el paso del tiempo, en Portugal reinará la concordia en torno a este hombre y al legado que deja. Pero tal vez haya de pasar una generación para que así suceda. Con todo, la historia, el paso del tiempo, le hará justicia...
Y aunque no esté bien visto, en los tiempos que corren en España, elogiar al aún presidente Zapatero, echo mano aquí y ahora, de parte de su testimonio, emitido esta noche, que es lúcido y brillante, en este caso para reflejar lo que podemos sentir en este momento y que suscribimos al completo. En portugués, incluso suena mejor :
“A jangada de pedra que ele cantou, a que une para além das fronteiras a Espanha e Portugal, sente a perda de uma das suas vozes mais profundas, mais preocupadas pelo humano, mais universais”, disse na mensagem o chefe do Executivo de Espanha. “Espanhóis e portugueses sentem hoje a mesma dor, mas também o exemplo que nos deixa o seu legado de solidariedade, de inteligência e de afecto”, concluiu o telegrama.
EUGÉNIO EIROA



Biografia de José Saramago


Autor de mais de 40 títulos, José Saramago nasceu em 1922, na aldeia de Azinhaga.
As noites passadas na biblioteca pública do Palácio Galveias, em Lisboa, foram fundamentais para a sua formação. «E foi aí, sem ajudas nem conselhos, apenas guiado pela curiosidade e pela vontade de aprender, que o meu gosto pela leitura se desenvolveu e apurou.»
Em 1947 publicou o seu primeiro livro que intitulou A Viúva, mas que, por razões editoriais, viria a sair com o título de Terra do Pecado. Seis anos depois, em 1953, terminaria o romance Claraboia, publicado apenas após a sua morte.
No final dos anos 50 tornou-se responsável pela produção na Editorial Estúdios Cor, função que conjugaria com a de tradutor, a partir de 1955, e de crítico literário.
Regressa à escrita em 1966 com Os Poemas Possíveis.
Em 1971 assumiu funções de editorialista no Diário de Lisboa e em abril de 1975 é nomeado director-adjunto do Diário de Notícias.
No princípio de 1976 instala-se no Lavre para documentar o seu projecto de escrever sobre os camponeses sem terra. Assim nasceu o romance Levantado do Chão e o modo de narrar que caracteriza a sua ficção novelesca.
Até 2010, ano da sua morte, a 18 de junho, em Lanzarote, José Saramago construiu uma obra incontornável na literatura portuguesa e universal, com títulos que vão de Memorial do Convento Caim, passando por O Ano da Morte de Ricardo ReisO Evangelho segundo Jesus CristoEnsaio sobre a CegueiraTodos os Nomes ou A Viagem do Elefante, traduzidos em todo o mundo.
No ano de 2007 foi criada em Lisboa uma Fundação com o seu nome, que trabalha pela difusão da literatura, pela defesa dos direitos humanos e do meio ambiente, tomando como documento orientador a Declaração Universal dos Direitos Humanos. Desde 2012 a Fundação José Saramago tem a sua sede na Casa dos Bicos, em Lisboa.
José Saramago recebeu o Prémio Camões em 1995 e o Prémio Nobel de Literatura em 1998.


(Foto y texto final de la Fundación SARAMAGO.


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