El verano climatológico gallego, que abarca los meses de junio, julio y agosto, fue este año cálido y con precipitaciones que se situaron dentro del normal en comparación con el período de referencia 1981-2010. Así, la temperatura media en Galicia se situó en 19,7 grados, 0,55 grados por encima del esperado en este período, mientras que los datos de lluvia registrados en las estaciones más representativas de la comunidad se quedaron en valores similares a los de la serie histórica.
El avance del informe climatológico del verano elaborado por Meteogalicia atribuye este balance a un mes de julio extremadamente cálido, con temperaturas en general más altas del habitual y especialmente en lo que respecta a las máximas. Estos valores tan extremos tuvieron una influencia muy significativa a la hora de caracterizar el conjunto del verano como cálido, ya que hace falta recordar que junio fue un mes frío y agosto se movió dentro de la normalidad.
De hecho, si se comparan las temperaturas de este julio con las del período histórico que se usa como referencia, la anomalía media registrada en los termómetros este año fue la segunda más alta, tan sólo superada por la del año 2013, unos datos que sirvieron para compensar sobre todo las bajas temperaturas inscritas durante gran parte del mes de junio.
En todo caso y a pesar de que en general fue un verano caluroso, hubo bastante variabilidad térmica entre las diferentes partes del territorio. Así, se trató de un período especialmente cálido en las comarcas de Vigo (Pontevedra), O Carballiño y Verín (Ourense), así como en otras zonas del norte de la comunidad.
Por el contrario, se registraron anomalías negativas en las temperaturas principalmente en las chairas y en las fosas occidentales, destacando el caso de la comarca coruñesa de Muros, con valores medios 0,67 grados por debajo de lo esperado y en la que este verano debe considerarse frío.
Precipitaciones dentro de la normalidad
Por lo que respecta a las precipitaciones, la tónica general fue de normalidad. La lluvia media recogida en las 16 estaciones más representativas de Galicia fue de 121 L/m2, un balance apenas un 3% inferior al valor climático de referencia y muy similar al del verano anterior, por lo que el período se considera normal.
Sin embargo, del informe también se desprenden diferencias notables desde el punto de vista de las precipitaciones entre unos meses y otros. De este modo, julio resultó extremadamente seco mientras que, por lo contrario, agosto fue muy húmedo y junio presentó un comportamiento dentro del normal.
En cuanto al reparto geográfico de las lluvias, hace falta subrayar que los valores más altos se concentraron en las comarcas coruñesas del Xallas y del Sar y en la lucense de Os Ancares, donde se llegaron a conseguir los 387 L/m2 de precipitación acumulada total. En el extremo contrario, la provincia de Ourense en general fue la zona de la comunidad que vivió un verano más seco, destacando especialmente los casos de la Limia y Terra de Celanova.