Es un tren de los que casi no quedan en Europa. Es un recorrido de los que hay muy pocos en Europa que se le comparen. El tren que recorre la llamada linha ferroviaria do Douro, entre Porto y Pocinho (ya cerca de España). Río arriba, el tren ofrece a sus viajeros paisajes irrepetibles, fuera de serie... Ya en el tramo entre Regua y Pocinho llega lo fascinante, es el mejor camino para ver constantemente el rio Douro, lugares impresionantes, vistas increíbles, laderas de viñedos, palmeras, naranjales, es el Douro y Alto Douro Vinhateiro, donde se produce el fabuloso Vinho do Porto, el mejor invento de Portugal según los ingleses, junto a vinos tintos de calidad excepcional que nada tienen que envidiar al mejor de los "Riojas".
En plena pandemia, la muy meritoria CP compañía portuguesa de trenes, humilde pero muy noble en sus compromisos de servicio público (ojalá la Renfe tuviese ahora mismo la filosofía que impera en la CP)... ha apostado este verano por lanzar un producto al alcance de casi todos los bolsillos, desafiante en estos tiempos en que muchas gentes huyen de los transportes colectivos, cosechando -no obstante- la CP un éxito impresionante.
El tren se llama "MiraDouro", está integrado por una antígua locomotora diésel recuperada al 100% junto a tres vagones de origen suizo, Schindler, de allá por los años 1940/1950... 70, 75 años después, ahí los tienes, recuperados al cien por cien, regenerados milímetro a milímetro en los talleres de recuperación de trenes que el actual gobierno socialista português ha sabido impulsar en varias zonas, especialmente en las grandes naves de Guifôes, que es donde se opera este milagro ferroviario que ha dado origen a un tren tan singular como es el llamado "MiraDouro".
Los coches Schindler, con ventanillas que bajan el cristal, de modo que el aire entra en el departamento como en los años 50 sucedía en los trenes, con asientos renovados y amplios espacios, son un canto al mundo ferroviario de otros tiempos, disponible en el "MiraDouro" ahora, desde este pasado mes de julio, en la línea que une Porto con Pocinho. Lo de menos es la velocidad a la que este tren va. Lo importante es saborear el viaje en tren, en un tren vintage, único, formidable... tanto que, ni en los tiempos de la Covid, los pasajeros se echan para atrás.
Las estaciones del recorrido se llenan de viajeros, muchos de ellos turistas. El tren MiraDouro va y viene entre Porto y Pocinho (13,40 euros tan solo, el billete para todo el increíble trayecto). El éxito es total. Los viajeros confían en el tren que la CP ofrece. La CP colabora colocando unos precios que ahí están en las fotos de los reclamos que luego reproducimos. Es hacer las cosas bien y poner un tren, inevitablemente turístico, al alcance de casi todos.
Es la grandeza de Portugal, un país humilde, con medios y recursos que no abundan. Pero con una capacidad para reinventarse, para salir adelante en las crisis, que ojalá nos sirviese de ejemplo a los que somos sus hermanos.
Leamos-ahora-un-texto de "Salamanca TV al día" :
Desde el 12 de julio los ocho trayectos diarios (cuatro en cada sentido) del tren interregional entre Oporto y Pocinho son realizados en vagones vintage, que permiten obtener una vista panorámica de los paisajes del Duero que atraviesan, ya que se caracterizan por sus amplios ventanales, que además se pueden bajar.
Los vagones de los años 40 de la marca Schindler ya habían sido utilizados en anteriores veranos en esta línea, formaban parte, además, de la composición del MiraDouro, un tren con fines eminentemente turísticos. Ahora, la compañía gestora de los ferrocarriles portugueses, Comboios de Portugal (CP), ha querido que sean aprovechados para la línea regular de viajeros, que podrán disfrutar tanto los clientes habituales como los visitantes ocasionales y los aficionados a los trenes.
La compañía dispone de varios vagones Schindler fabricados en Suiza en los años 40, que estuvieron operativos en Portugal desde su adquisición en esa década hasta finales de los años 70. Desde el pasado mes de enero están siendo reparados en los talleres de CP, con un coste aproximado de 100.000 euros y 1.900 horas de trabajo por vagón, estando ya operativas ocho unidades, que a finales de año la compañía espera sean 19.
Parece que han llegado a la línea del Duero para quedarse, más allá de su uso estacional, pues es evidente el potencial turístico que estos vagones retro de aire clásico tienen, en sintonía con la región. Una de las apuestas de CP al respecto de esta línea es su aprovechamiento turístico, en una región tan visitada como es el Duero Vinatero Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Su sistema de calefacción también ha sido renovado con componentes electrónicos comprados en Alemania, según refirió el vicepresidente de CP, Pedro Moreira, en un seminario sobre la vía del Duero celebrado el pasado mes de julio, lo que parece indicar que se mantendrán en el Duero una vez termine el verano.
“No hay en Portugal unos vagones tan agradables para viajar como estos”, afirmó Pedro Moreira sobre los célebres vagones Schindler. Anteriormente, este servicio se prestaba con vagones alquilados a Renfe, que “no son muy confortables y no permiten abrir la ventana”, dijo Moreira. “Los vagones Schindler son los que mejor se adaptan a la belleza que el Duero tiene”.
Disponiendo de este material en propiedad, cuya buena acogida ya había sido comprobada en ocasiones anteriores, y una vez evidenciada la apuesta de la empresa por reforzar la oferta de esta línea, convertida ya en destino turístico ferroviario, se ha decidido recurrir a ellos para el servicio habitual.
“En países ricos, con sistemas ferroviarios de referencia, como es el caso de Suiza, todavía utilizan los Schindler y no se plantean retirarlos del servicio”, trasmitió al respecto el vicepresidente de CP.
Estos vagones de atractivo diseño antes fueron la principal seña de identidad del tren turístico MiraDouro, desaparecido en 2019. Puede decirse que, a partir de ahora, el MiraDouro será diario y regular.
Estos conocidos vagones se caracterizan por su amplitud interior y la comodidad de sus asientos, pero la mejor ventaja para el viajero es, sin duda, la posibilidad de bajar la ventanilla y disfrutar aún con más viveza de las sensaciones que ofrece un paseo por el curso del Duero. El río ibérico acompaña la mayor parte de los 170 km de vía férrea que separan Oporto de Pocinho, realizados en unas tres horas y veinte minutos de viaje.
Los precios son los habituales del servicio, existiendo una opción que permite viajar por 6,85 euros en el trayecto Peso da Régua-Pocinho (Vila Nova de Foz Côa). El viaje ida y vuelta en este tramo tiene un coste de 13,50 euros.
El trayecto completo Oporto-Régua-Pocinho cuesta 13,55 euros y 24,40 el trayecto de ida y vuelta. El convoy tiene parada también en Pinhão y Tua, dos estaciones emblemáticas de la región norteña.
Con motivo de la pandemia de COVID-19 el aforo actualmente está limitado a dos tercios de su capacidad máxima.
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