Bien, llegados a este punto y hora, resulta que sin llegar a estar en España como estuvimos en los más duros momentos de la Covid-19, estamos mal, francamente mal con el actual panorama.
Por muchas vueltas que le demos al asunto, siempre acabamos situándonos en el punto de partida. Cuando comenzó el desconfinamiento. Este se hizo mal. Debía haber contado con rígidas imposiciones a cambio de la movilidad devuelta. Usted puede coger su coche e ir al monte a pasar el día, o a la provincia de al lado... pero usted va con mascarilla permanentemente obligatoria, guarda dos metros de distancia... Haber convertido en algo sagrado el binomio mascarilla+distancia nos hubiese llevado a un tiempo de rebrotes con muchos menos problemas. Luego, no tener previstos de modo adecuado y suficiente los equipos de rastreo. Junto a eso, el control de los que enfermos o contagiados se aislan, para que se aislen de verdad en sus casas y no salgan a la calle; el tema de los trabajadores temporeros y los que trabajan en precario : garantizándoles que a cambio de su aislamiento tendrían una remuneración en el tiempo de no poder trabajar...
Son cuestiones fundamentales, básicas en esta "guerra", pero cuestiones que se han hecho mal y aún se siguen haciendo mal. Y era básico haber partido para el desconfinamiento teniendo encarrilados esos asuntos.
Ahora estamos en tiempos de lamentos. O más que en tiempo de lamentos, en esa vergüenza de los polìticos arrojándose unos a otros las culpas del actual estado de cosas con la Covid-19. Ver al PP instalado en la insensatez de proclamar urbi et orbe que con ellos no cuenten ni para un pacto presupuestario, es una gran tragedia, no cabe la menor duda y proclama la insentatez de sus dirigentes que siguen sin enterarse de la gravedad de la situación de España. No bastaba con el bigobierno, con los independentistas, con la charanga del tío Honorio... Ahora tenemos a Casado instalado como director de la Orquesta del Titánic, por si algo nos faltaba.
¡Vamos a tener un otoño de carallo!. Ya te lo digo yo...
Elemento central de la portada de El País, de este domingo |
Casado, un día en la "tele" |