domingo

El triste espectáculo diario de las vergonzosas colas de los pobres...

Una semana más, como cada sábado, llega la actualización de la revista gallega en Internet que dirige Xerardo Rodríguez. "Galicia Única" vuelve a ofrecer un montón de asuntos de interés, válidos para la reflexiòn, para viajar con la mente, para disfrutar de historias de antes y de ahora... Desde un prisma enteramente galaico, esta www.galiciaunica.es viene a ser una obligada referencia semanal para consultar, pasar un gran rato leyendo y viendo hermosos paisajes, incluso para escuchar una vieja melodía a través de un video entrañable.

Esta semana, nos vamos a quedar -siempre elegimos algo de su amplia y variada temática- con un simple pero demoledor apunte que Xerardo Rodríguez hace en su crónica-dietario-agenda de la semana. Un apunte que nos recuerda algo que no deberíamos de acostumbrarnos a ver ya como normal. Algo que hay que denunciar todos los días si es menester. Algo que los políticos de todos los colores y estamentos están obligados a combatir, a resolver, a transformar.
Hay una crisis tremenda de nuevo, innegable, en una Sociedad donde cada vez hay más pobres.
Si los políticos creen que con esa renta social mínima ya han arreglado el problema, están muy equivocados. El problema social que España tiene no se resuelve con una ayuda económica mensual -que es necesaria ahora mismo tal y como están las cosas para mucha gente-. El problema social de España se resolverá el día en que desde los poderes públicos se promueva y estimule le creación de empleo digno y en suficiente cantidad para sacar de las filas de la pobreza a cuantos más mejor, para reinsertar socialmente, mediante los puestos de trabajo a crear, a los millones de personas que, desgraciadamente, están ahora descarrilados, fuera de la vía, como el tren de hace una semana en la zona de Zamora.
Encarrilar de nuevo debe de ser el objetivo permanente; mientras eso se alcanza, auxiliar al necesitado es un deber de un Estado que se precie. Y auxiliar en condiciones, adecuadamente, también... Por eso, subscribo totalmente el apunte titulado "Las vergonzosas colas de los pobres" que Xerardo Rodríguez hace en su "Galicia Única" de esta semana.  (E.E.


Las
vergonzosas
colas
de los
pobres.

Estoy indignado. 
Estos días se les llena la boca a las señoras y señores del Gobierno y también a los periodistas afines, con eso de la renta mínima para supervivientes; pero basta ver esas vergonzosas colas en los comedores sociales para saber que la pobreza está aquí, ha llegado a la España del progreso, a la Galicia bonita, a la gran ciudad industrial que presume de oportunidades.
Joder, es muy fuerte. Un país que está entre los diez más ricos del mundo… pintando estos cuadros. No hemos aprendido aún cuales son las prioridades de esta Sociedad que empieza a asquearme por permitir esta miserable vejación de nuestra gente; porque los que están a la cola son personas con las que compartimos ciudad y vida. 
Lo menos que deben de hacer los políticos –los municipales, los de la Diputación, los de la Xunta y los del Gobierno central-, es decir, todos los que mandan, es ofrecer a los generosos bancos de alimentos los medios para que monten un servicio a domicilio que permita conservar el anonimato a quienes han tenido la terrible desgracia de caer en manos del hambre. 
Tienen que solucionar la injusticia social de la desigualdad económica, pero mientras esto llega, cuando menos, han de evitarles pasar la misma vergüenza que pasaron nuestros padres y abuelos con aquel auxilio social que el dictador Franco incluso publicitaba, como si atender a los pobres de solemnidad fuese el gran logro de su funesto régimen. 
¿Qué coño pintamos todos en este mundo si no somos capaces de evitar la pobreza?. Por favor, preserven ustedes la dignidad de las personas y déjense de otras mandangas de nuevos ricos.     
XERARDO RODRÍGUEZ