Recordamos hoy el apunte que hacíamos al día siguiente de la muerte del muy notable escritor.
Carta del Director : en la primera noche
tras la muerte de José Saramago (q. e. p. d.)
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Saramago |
Es duro, en esta hora amarga del adiós del gran escritor José Saramago, leer en los foros en Internet de los periódicos portugueses, una cantidad muy elevada de comentarios airados, incluso muy agresivos, despectivos, incluso infames, hacia la persona que nos ocupa, ahora que ha muerto.
Es muy duro. Y en cierta medida, hace entender, que si en un país tenía muchos detractores Saramago, este era Portugal. En esta hora del adiós, aparecen resentimientos, graves acusaciones , incluso de haber saneado(sic) a compañeros de trabajo en el Diario de Notícias, en su afán por situar la línea del histórico periódico en la órbita comunista, cuando ocupaba lugar en la Dirección en la década de los 70...
Esperábamos otra cosa esta noche. Tal vez el silencio de sus detractores y el profundo respeto y la gran admiración de sus seguidores. Pensábamos que la muerte, el hecho en si de la muerte, serviría por si solo para un pasar página. Pero, lamentablemente, observamos que no.
Aparece, sin embargo, en el punto y aparte -y merece reconocimiento y elogio, al menos así lo creemos- el comunicado hecho público por la Iglesia Católica portuguesa : es elegante, comprensivo, incluso generoso... Habría quien esperase otra cosa. Los que somos creyentes, esperábamos que al menos la Iglesia supiese estar. Otra cosa es que fuese capaz... Y lo ha sido.
Indudablemente son muchos más, somos muchos más que los discordantes, los que sentimos admiración por la obra de Saramago. Se puede no estar de acuerdo con algunas de sus ideas, o planteamientos, o no creencias... pero no por ello se ha de dejar de valorar muchas de las cosas positivas que encierra el enorme legado que Saramago nos deja.
En esta hora del adiós, aunque su literatura jamás morirá y quedará aquí para siempre, los creyentes elevamos una oración a Dios por el alma de quien en Dios no creía. Y convencidos de su infinita misericordia, tenemos por seguro que el Todopoderoso le habrá perdonado ya sus faltas y le habrá acogido en su seno.
¿Quien somos nosotros para juzgar a nadie?, deberíamos plantearnos en esta hora de intenso debate en los foros antes mentados, con expresiones que entristecen, que duelen singularmente en esta hora de la muerte de un ser humano. Si Saramago optó por el ateismo, si una parte de su literatura fue elemento de confrontación con la Iglesia... ¿qué derecho tenemos a pasarle factura ahora, cuando se ha muerto, en forma de tan brutales comentarios...?. Quien esté libre de pecado, tire la primera piedra... dijo quien bien sabemos.
Nos hubiera gustado que la muerte de Saramago fuese motivo, final ya, de concordia entre portugueses. Hemos comprobado que no. Y esto es lo más triste en esta hora.
Tal vez con el paso del tiempo, en Portugal reinará la concordia en torno a este hombre y al legado que deja. Pero tal vez haya de pasar una generación para que así suceda. Con todo, la historia, el paso del tiempo, le hará justicia...
Y aunque no esté bien visto, en los tiempos que corren en España, elogiar al aún presidente Zapatero, echo mano aquí y ahora, de parte de su testimonio, emitido esta noche, que es lúcido, brillante, en este caso para reflejar lo que podemos sentir en esta hora y que suscribimos al completo. En portugués, incluso suena mejor :
“A jangada de pedra que ele cantou, a que une para além das fronteiras a Espanha e Portugal, sente a perda de uma das suas vozes mais profundas, mais preocupadas pelo humano, mais universais”, disse na mensagem o chefe do Executivo de Espanha. “Espanhóis e portugueses sentem hoje a mesma dor, mas também o exemplo que nos deixa o seu legado de solidariedade, de inteligência e de afecto”, concluiu o telegrama.
EUGÉNIO EIROA