El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se refirió hoy a Galicia como un ejemplo de democracia sólida y “sostenible” gracias a un pueblo y un tejido social que están impregnados de valores democráticos y a todos los gobiernos que tuvo, de distintos colores políticos, que no insistieron en imponer visiones reducidas sino un galleguismo abierto e integrador.
Durante el acto de entrega del LXI Premio Fernández Latorre al Museo do Pobo Galego, Feijóo recordó que el hecho de que Galicia no sea un terreno propicio para radicalismos de uno y de otro signo, tiene una explicación social: que Galicia ya era una democracia “natural” antes de convertirse en democracia “legal”.
Para el responsable del Gobierno gallego este hecho determina que haya, amén de las instituciones, muchos lugares de encuentro, de salas de estar donde los gallegos de diferentes opiniones hacen cosas juntos. Lugares como el hoy premiado Museo do Pobo Gallego que, desde su creación en 1976, viene siendo una de las manifestaciones del galleguismo integrador “que los antepasados nos legaron y que nosotros procuramos engrandecer”.
A lo largo de su intervención, el titular del Ejecutivo autonómico aseveró que la existencia de una Galicia compartida y no dividida impide que se caiga en la tentación de buscar fuera modelos que tenemos dentro. “Es un modelo que Galicia hoy esté hablando de los presupuestos que la Xunta va a aprobar mañana”, dijo, a lo que añadió que es un modelo que “más que nunca, en estos días, creo que debemos reivindicar”.
A la luz de sucesos que están ensombreciendo una de las democracias del mundo más consolidadas en menos tiempo, Feijóo subrayó que los gallegos ofrecen su ejemplo a los que dudan de la eficacia de las herramientas democráticas. “Galicia se levanta y anda con la democracia y no dejaremos de cuidarla nunca”, abundó, reivindicando el modelo gallego.
El presidente de la Xunta concluyó aseverando que las imágenes que lamentablemente se están viendo estos días sirven para recordar que la democracia no está asegurada y tiene que ser defendida de forma permanentemente frente a los que violentan las reglas básicas de la convivencia.
“La democracia es la fórmula idónea para abordar los problemas más complejos de cualquier sociedad. Requiere, pues, de una disposición constante e, igualmente, de una valentía para adoptar las decisiones sin buscar ningún escapismo”, afirmó, incidiendo en que la democracia precisa de cuidados constantes, cautelas y vigilancias para que en cada momento que se sienta amenazada tenga la respuesta idónea.
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