Portavoces de Arriva en España indican que han remitido la documentación solicitada por la CNMC y siguen a la espera de contar con el permiso, que dan por seguro antes o después, pero que espera desde hace un año ya a que se despejen los trámires burocráticos. La idea original era iniciar este mismo año las operaciones en la línea, pero ahora todo apunta a que tendrá que esperar hasta 2020 en el mejor de los casos, ya con el espacio europeo abierto.
El servicio que prevé Arriva supondría, según indica el Diario Atlántico, una revolución en las comunicaciones en el interior de Galicia y con Portugal: habrías más conexiones diarias -cuatro por sentido- y con tiempos de viajes sensiblemente menores. De Vigo a Coruña, que hoy se realiza en 75 minutos pasaría a 66. De Vigo a Oporto, hoy en dos horas y 15 minutos, bajaría hasta 90 minutos. Para ello tendría que estar toda la línea electrificada: la parte portuguesa está cerca del objetivo, y en España está en licitación la instalación de los kilómetros que restan entre Guillarei y Porriño.
Arriva había anunciado el pasado año que iniciaría entre julio y septiembre de 2019 sus servicios ferroviarios en la línea de A Coruña a Oporto, pasando por Vigo, comenzando la competencia a Renfe al amparo de las normas europeas de liberalización del sector. El consejero delegado de Arriva en España, Juan Ignacio García, mantiene su optimismo pese a todo con la confianza de que obtendrán el visto bueno de la CNMC y lo único que les falta saber es cuándo podrían iniciar sus operaciones.
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